Categoría: Salud

2025-07-23 / 16:48:00
Laia y el KARS 1: Padres uruguayos luchan contra una enfermedad ultrarrara creando una fundación
El síndrome KARS 1 lo tienen 50 personas más en el mundo y se conoce poco de él, por eso los padres de Laia crearon una fundación para lograr que se investigue más. "Laia es sorda profunda, nos dijo la doctora. Y fue como si todo se congelara, como si la sensación de espacio-tiempo desapareciera", recuerda Almudena. Pablo Garrigós y Almudena Velasco recibieron este diagnóstico cuando su hija Laia apenas tenía unos meses. Ese momento fue un shock, una desubicación total, pero no sería el peor. A la sordera le acompañaron otros síntomas. La niña no cumplía con las metas de crecimiento que se esperan de un bebé, como girarse sobre sí misma o mantener la cabeza erguida. Hasta que un día, tras varias pruebas, llegaron unas palabras demoledoras: enfermedad ultrarrara. En total hay descritas alrededor de 7.000 enfermedades raras, algunas con mayor incidencia que otras. Y se estima que debe haber unas 2.000 enfermedades aún pendientes de ser detalladas, según FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras). Se considera un trastorno de este tipo cuando afecta a un número limitado de la población: menos de cinco personas por cada 10.000 habitantes. En el caso de Laia, ultrarrara significa que menos de 50 personas en todo el mundo padecen lo mismo que ella. Uno de los principales problemas que enfrentan las personas con este tipo de enfermedades es lograr un diagnóstico. Según datos de EURORDIS-Rare Diseases Europe, una alianza europea sin ánimo de lucro que representa a organizaciones con pacientes con enfermedades raras, la gente suele esperar un promedio de cinco años para saber qué padecen exactamente, otros nunca lo averiguan. Laia ha sido un caso extraño, porque tuvo su diagnóstico en menos de un año. Además, por las características de estas enfermedades apenas hay investigación, así que en estos casos, ponerle un nombre a la dolencia no siempre implica lo más ansiado: una cura. Suelen ser las propias familias las que tienen que abrir camino para encontrarla. Y esto supone infinidad de papeleos, búsqueda de financiación, horas de desvelo y años de búsqueda. Sin olvidar que en ese tiempo hay un paciente al que cuidar, y que, en ocasiones, el tiempo juega en contra. Pablo y Almudena son de esas familias, y esta es su historia. El embarazo fue normal, las revisiones y el parto también. Al nacer, a Laia le hicieron un cribado auditivo, una prueba de protocolo. En su caso, no hubo respuesta. Y, tras repetir la prueba con el mismo resultado, la mandaron al otorrino. Aún así, Pablo y Almudena dicen que salieron de la consulta con "cierta tranquilidad". Pero al visitar a la pediatra, la doctora -al verlos entrar sonriendo- les preguntó si no sabían el resultado de las pruebas auditivas de su hija. Ahí llegó el primer diagnóstico: sordera profunda. "Buscamos información, nos pusieron en contacto con asociaciones en Bélgica (donde viven), nos guiaron mucho, contactamos con muchas familias, nos hablaron de los aparatos e implantes cocleares (un dispositivo para poder escuchar)", cuenta Almudena. Y Pablo relata que "todo empezó a ser algo más liviano, porque vimos a niños (sordos) que iban al colegio, a la universidad, que escuchaban, que adquirían lenguaje. Una cosa alucinante". Pero la sordera no fue el último síntoma. La visita original a la pediatra se debió a que la beba tenía problemas al momento de amamantar. Laia tampoco cumplió con otros hitos básicos del desarrollo, como girarse sobre sí misma o sostener su cabeza. Primero se asociaron estas dificultades a una hipotonía, es decir, menos masa muscular, asociado a la sordera y, por ende, a la falta de estímulo para moverse. La pediatra la mandó a fisioterapia para corregirlo. Pero cuando esto no funcionó, la derivó a la neuropediatra. "Nosotros empezamos a buscar artículos y en uno decía que el 60% de los niños sordos vienen con discapacidades asociadas. Ahí empieza el runrún de que tal vez hay algo más", relata Pablo. Solo viendo a Laia, la neuropediatra detectó que había un problema mayor. Las primeras pruebas que se realizaron tuvieron como objetivo descartar virus y patologías genéticas. El destino quiso que a Laia le diera fiebre el día que iba a entrar a quirófano para que le pusieran sus implantes cocleares que mejorarían su audición, así que frenaron la operación, pero sus padres aprovecharon la ida al hospital para ver a la neuropediatra. Ella ya tenía los resultados de las pruebas: síndrome KARS 1, enfermedad ultra-rara. "Las palabras enfermedad ultrarrara me hundieron. Porque no es que sea rara, es que es ultrarrara, es decir, muy poco casos: no va a haber investigación, no va a haber cura", recuerda Pablo. "Te dicen que no hay tratamiento para tu hija de apenas 10 meses. Fui incapaz de procesar esa información", añade. Los síndromes KARS están causados por un defecto en el gen KARS1. Esta anomalía genética hace que las células no produzcan suficiente energía y así, afecta al sistema nervioso y a órganos como el cerebro, ojos, hígado. Los síntomas varían en cada persona, pero lo más común es parálisis cerebral, pérdida de audición, discapacidad visual, epilepsia y ausencia del habla. Y es progresiva. Detrás de las explicaciones técnicas, frente a una neuropediatra en una sala médica en Bruselas, había dos padres primerizos a los que el mundo se les cayó al suelo. "Cuando tienes un hijo, en esos días el mundo alrededor te da igual. Todo desaparece, pero por cosas buenas. Hay toda una vida por delante, planeas a dónde lo llevarás, qué le enseñarás. Pero yo recuerdo que todo desapareció y perdió el interés por la intensidad del dolor", confiesa Pablo. Almudena no lo vivió igual. "No sabía bien qué implicaba. Pregunté la esperanza de vida, qué podía pasar. Pero la doctora no se aventuró a decirlo", explica. Pidieron una segunda opinión en España. Mismo diagnóstico, sentencia más dura: "No sé si sois conscientes de la severidad de la enfermedad". "Cuando te dicen que a tu bebé de 10 meses, que aún tiene todo por demostrar, no va a andar, que va a tener un caso gravísimo y muy severo, eso te deja fuera de juego", remarca Pablo. Conversando a través de la pantalla, Pablo y Almudena se giran a cada rato para mirar a su izquierda, a donde está Laia. Es una atención permanente que no cesa en las casi dos horas de charla. Su grado de dependencia es muy alto. Come por sonda, no se puede mover, vomita muy fácilmente, por lo que hay que procurar que mantenga su peso y la energía para desarrollarse. Ella crece pero, mientras eso pasa, la enfermedad también lo hace. Y como dicen ambos, hay que atenderla a nivel de enfermedad, pero también a nivel de lo que es: una niña que juegue, que esté feliz, que se ría. Pablo y Almudena quisieron hacer el mismo camino que cuando entraron "en el mundo de la sordera profunda": buscar información, tejer redes, encontrar soluciones. Pronto vieron que en este caso no sería tan sencillo. En su rastreo encontraron en Facebook un grupo de apoyo mutuo entre familias, una asociación de Estados Unidos con enfermedades similares, un montón de papers científicos y ningún ensayo clínico específico sobre el KARS 1. Decidieron que la mejor opción era contactar a cuanto científico encontraran como firmante en investigaciones que tuvieran que ver con genética. "Saben que los padres estamos desesperados y muy perdidos y se abren mucho. Nos explicaron la enfermedad, por qué Laia la tenía. Cosas básicas", explica Pablo. Así dan con Ignacio Pérez de Castro, jefe de la Unidad de Terapia Génica del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III, España. Él les dice que muchos padres en situaciones similares buscan unirse a una fundación o hacer una propia. Y les aconseja: "En este tipo de enfermedades que son progresivas, el tiempo cuenta. Cuanto más tardéis, peor". No había ninguna fundación que tocara el KARS a la que unirse, así que se pusieron manos a la obra. A los padres de Laia les dio fuerza, dicen, leer sobre otras familias que se agruparon y siguieron el ejemplo de quienes caminaron delante con iniciativas similares, aunque fuera con enfermedades diferentes. Pérez de Castro les ayudó y preparó un proyecto de investigación para presentarlo a otros laboratorios. "Ignacio es un defensor y creyente del servicio público y el hacernos el proyecto es parte de esa labor que él defiende desde el Instituto Carlos III, que es, a su vez, una institución pública", matiza Pablo. Al final, decidieron que fuera el mismo Instituto Carlos III el que llevara el caso. Y la creación de la fundación era necesaria de cara a poder captar los fondos y donarlos. "Mientras ocurre todo eso hay un ser que necesita nuestra atención. Es un triple trabajo, porque nosotros seguimos trabajando. Pero creo que cualquier padre lo haría", dice Almudena. Así crean la Cure KARS Laia Fundation para apoyar a centros de investigación a que desarrollen terapias génicas y tratamientos de cara a combatir los síndromes KARS, no solo el de Laia, sino todos los que compartan problemas con esta proteína en concreto. El objetivo inicial que se propusieron es conseguir 250.000 euros para una investigación de cuatro años de duración. Actualmente tienen 42.500. Aquí es cuando entra de lleno el papel de Ignacio Pérez de Castro, quien admite que aunque nunca había visto la enfermedad de Laia, "lo que tienen en común estas dolencias es que el 80% son enfermedades genéticas debido a mutaciones". Así, nos dice, "las aproximaciones (en la investigación) son parecidas y las pruebas de concepto cuando trabajamos en células en un laboratorio, también". "Laia ha tenido la mala suerte de heredar una mutación de su padre y una mutación de su madre. Y estas juntas provocan que las dos copias no sean funcionales", explica Pérez de Castro y añade que estas mutaciones suelen generar en las proteínas del ADN dos cosas: o que pierdan sus funciones normales o que ganen funciones nuevas, patológicas, que no les corresponde hacer. En el primer caso, la terapia genética consiste en "reponer, reemplazar e introducir en las células una copia funcional". Para el segundo caso, donde la mutación generar funciones que son patológicas y, por tanto, no deseadas, Pérez de Castro explica que hay que "corregir la mutación, porque introducir una copia nueva no hace que la defectuosa deje de persistir". Suena sencillo, pero para eso se necesitan muchas horas de investigación y pruebas de laboratorio. Cuando le pregunto sobre cuáles serían las mejores condiciones para tratar este tipo de enfermedad, el especialista dice que aquel "donde no hubiese limitación de recursos disponibles, pero sobre todo, personal cualificado, que suele estar muy mal pagado en el tema de investigación". Pablo y Almudena son realistas sobre su escenario ideal. Saben que no es posible una cura al cien por cien para su hija, pero sí desean "que su calidad de vida mejore, que pueda tener una vida larga y agradable" y "que otros niños con su misma enfermedad puedan vivirla un día como una dolencia más". Crédito fotográfico: BBC

2025-07-23 / 16:42:00
Protectores Solares: ¿Químicos vs. Minerales? Desmitificando la Protección Solar
Algunas personas están cambiando los protectores solares químicos por versiones minerales debido a temores de toxicidad, contaminación y eficacia. Pero, ¿existe realmente alguna diferencia entre ambos? Los protectores solares minerales están de moda. Ante la preocupación de que los llamados protectores solares "químicos" puedan ser perjudiciales para nuestro cuerpo, cerebro e incluso los arrecifes de coral, las fórmulas minerales se han convertido en la porción de mayor crecimiento del mercado mundial de estos productos. Sin embargo, el debate sobre los protectores solares "químicos" y los "minerales" están plagados de ideas equivocadas. Muchas afirmaciones que circulan con frecuencia —como que los protectores solares minerales no contienen químicos, que se ha demostrado que los protectores solares químicos son dañinos, o que los minerales solo reflejan los rayos UV mientras que los químicos los absorben— son engañosas o directamente falsas. De acuerdo con un experto, la confusión empieza con los términos. "Todo es una sustancia química", señala Brian Diffey, profesor emérito de fotobiología en ciencias dermatológicas de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) e inventor de la clasificación por estrellas UVA para los protectores solares. Lo que la gente suele llamar filtros "químicos" en realidad se denomina con mayor precisión filtros orgánicos, ya que contienen enlaces de carbono e hidrógeno, explica Diffey. Los filtros inorgánicos (a menudo llamados minerales), como el dióxido de titanio y el óxido de zinc, no tienen esos enlaces. Pero todos son sustancias químicas. Proteger nuestra piel y cuerpo del sol no es una tendencia nueva, ni tampoco lo son los protectores solares, ya sean orgánicos o inorgánicos. Los antiguos mesopotámicos usaban paraguas; los antiguos griegos, sombreros de ala ancha. Además de diversas coberturas, se aplicaban brebajes corporales. En África, el uso de pastas a base de ocre -que aún se emplean como protector solar por pueblos como los himba de Namibia- se remonta al menos a 285.000 años, mientras que el escritor romano Cornelio Celso aconsejaba untar la piel con aceite de oliva. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que los científicos descubrieron la radiación ultravioleta (RUV) y se dieron cuenta de que algunos ingredientes, como el sulfato de quinina (derivado de la corteza de un árbol), podían absorberla. Los científicos lo recomendaron como protector solar. Para 1930, los investigadores habían descubierto otros ingredientes que absorbían la RUV, como la esculina (de árboles como el castaño de Indias) y el tanino de corteza de alerce. Si bien no cumplían con los estándares actuales de FPS, en términos de cómo protegían la piel, todos eran protectores solares orgánicos ("químicos"). Inicialmente, se creía que los protectores solares orgánicos absorbían la radiación ultravioleta (UVR), mientras que los inorgánicos la reflejaban y dispersaban físicamente de la piel. Esta creencia se perpetuó en una monografía de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) de la década de 1970. Esta idea aún se escucha con frecuencia hoy en día, incluso de fuentes aparentemente confiables. También es en parte la razón por la que los protectores solares inorgánicos a veces se denominan "protectores solares físicos", lo que implica que bloquean los rayos UV como un paraguas desvía las gotas de lluvia. "Se dice que los protectores solares minerales o inorgánicos reflejan la radiación ultravioleta", afirma Antony Young, profesor emérito de fotobiología experimental en el King's College de Londres e investigador de toda la vida sobre la eficacia de los protectores solares. "Y eso no es cierto". De hecho, un estudio de 2015, revisado por pares, determinó que el dióxido de titanio y el óxido de zinc modernos solo reflejan o dispersan entre el 4 y el 5 % del rango UV. Absorben el 95 % restante. Los científicos saben que los protectores solares inorgánicos absorben los rayos UV desde la década de 1980, tanto que los autores del estudio de 2015 ya parecían exasperados por tener que aportar más pruebas. El estudio subraya, una vez más, que los filtros UV "físicos" o "minerales", pese a no disolverse, en realidad cumplen la misma función que los filtros UV "químicos" solubles. Estos datos indican claramente que estos filtros actúan principalmente como materiales que absorben la radiación UV, y no como materiales que la dispersan o reflejan. Ni siquiera reflejan ese 5%, añade Diffey: "Lo dispersan". Los rayos UV no rebotan en la superficie de las partículas inorgánicas. En cambio, explica, "los rayos de luz entran en el medio. Rebotan en los átomos o moléculas. Algunos de ellos luego vuelven a salir. A eso se le llama dispersión". Además, muchos protectores solares, incluso algunos comercializados como "minerales", utilizan filtros UV tanto orgánicos como inorgánicos. Pero, en general, según los expertos, no importa si un filtro UV absorbe, refleja o dispersa la radiación UV. La cantidad de calor que genera la piel por absorción es insignificante, representando una pequeña fracción del calor generado por la propia exposición al sol. Mary Sommerlad, dermatóloga con sede en Londres y portavoz de la Fundación Británica de la Piel, afirma: "No es necesario decidir si se desea que la energía UV se absorba o se refleje, ya que funcionan prácticamente de la misma manera". Es decir, reduciendo la cantidad de radiación UV que la piel absorbe para protegerla de daños y del riesgo de desarrollar cáncer. Si los protectores solares orgánicos e inorgánicos funcionan de manera tan similar, ¿por qué se sienten diferentes? Todo se reduce a la solubilidad. La mayoría de los filtros orgánicos son solubles, lo que significa que sus ingredientes activos pueden disolverse en un medio como el agua o el aceite. Los protectores solares inorgánicos no lo son: sus partículas permanecen intactas. Como resultado, los protectores solares inorgánicos pueden sentirse más espesos y dar una capa blanca, mientras que los filtros orgánicos pueden proporcionar fórmulas más suaves y transparentes. A medida que los avances químicos han reducido el tamaño de las partículas inorgánicas, el efecto de la capa blanca ha disminuido. Estas "nanopartículas" (de menos de 100 nm de tamaño) de dióxido de titanio y óxido de zinc han generado preocupaciones sobre la penetración cutánea. Pero incluso este minúsculo tamaño de partícula no penetra más allá del estrato córneo (la capa más externa de la piel), lo que impide la absorción sistémica. La mayoría de los filtros UV orgánicos también actúan en la superficie de la piel. Dado que las quemaduras solares se desarrollan en las capas superiores de la piel, un filtro UV debe adherirse al estrato córneo para funcionar, según los expertos. Por lo tanto, al igual que los protectores solares inorgánicos, los protectores solares orgánicos absorben la gran mayoría de los rayos UV en la superficie de la piel. Pero es cierto que algunos filtros orgánicos se absorben sistémicamente. "Algunos ingredientes activos llegan al torrente sanguíneo", afirma Diffey. "Queda por ver si esto nos perjudica o no". Hasta el momento, no hay pruebas sólidas de que así sea. La gran mayoría de las investigaciones que han descubierto los riesgos de sustancias químicas como la oxibenzona se han realizado en animales, utilizando cantidades masivas. En un estudio de 2001 que generó preocupación sobre la disrupción endocrina, por ejemplo, se alimentó a crías de rata con cantidades extremadamente altas de filtros UV como la oxibenzona durante cuatro días. Las ratas que consumieron oxibenzona tuvieron úteros un 23 % más grandes que las ratas que no la consumieron. Pero cuando investigadores posteriores pusieron estas cifras en perspectiva, descubrieron que, para alcanzar la misma concentración sistémica de oxibenzona que tenían las ratas, un humano necesitaría aplicar un protector solar con oxibenzona al 6 % todos los días, durante 277 años. ¿Por qué se exponen los animales a tanta cantidad de un ingrediente en particular?Porque ayuda a los científicos a determinar el límite de seguridad potencial. "El objetivo de estos estudios es determinar qué cantidad es segura", afirma Michelle Wong, química y autora del libro "La ciencia de la belleza", quien frecuentemente aborda mitos sobre los protectores solares en línea. Como resultado, "siempre buscan un efecto. Generalmente usan una cantidad suficiente del ingrediente para provocar algún tipo de efecto". "Si no lo hacen, entonces no saben dónde está el límite". Hasta ahora, el umbral a partir del cual los ingredientes suponen un riesgo parece ser mucho mayor que la cantidad en que las personas los usan. Una revisión científica publicada a principios de este año no encontró evidencia de que filtros UV como la avobenzona y el homosalato dañen el ADN o causen cáncer en humanos, y concluyó que los niveles de estas sustancias en la sangre, tras el uso de protectores solares tópicos, son muy inferiores a los que podrían generar algún efecto. En un estudio de 2004, por ejemplo, 32 personas se aplicaron cremas con un 10 % de oxibenzona. Cuatro horas después de la aplicación, tanto hombres como mujeres presentaron niveles de testosterona ligeramente inferiores. Sin embargo, tras tan solo cuatro días de aplicación, las diferencias entre quienes se las aplicaron y el grupo de control desaparecieron, lo que llevó a los investigadores a concluir que las diferencias hormonales no se debían en realidad al protector solar en sí. Aun así, dado que ingredientes como la avobenzona se absorben en el torrente sanguíneo, por precaución, organismos reguladores como la FDA han solicitado más datos de seguridad a los fabricantes. Los efectos de los filtros orgánicos en el medio ambiente, en particular en los arrecifes de coral, son un poco más confusos. Los estudios que han suscitado preocupación se han basado principalmente en experimentos de laboratorio; los impactos en la práctica podrían ser diferentes. Una investigación, por ejemplo, reveló que, si bien se detectaron filtros UV en el agua de mar de 19 destinos turísticos de Hawái, en 12 lugares se detectaron menos de 10 partes por billón de oxibenzona, el equivalente a 10 gotas en un estadio de fútbol lleno de agua. La zona con la mayor concentración, la playa de Waikiki, registró 136 partes por billón. Todos se encontraban en niveles muy inferiores a la concentración en la que los estudios de laboratorio detectaron daños en los arrecifes de coral. Sin embargo, en 2018, Hawái decidió prohibir la venta de protectores solares que contienen oxibenzona y octinoxato. "En lugares con una gran afluencia de turistas, es razonable ser cauteloso y decir: 'Sí, puede haber efectos acumulativos'", declaró entonces el científico marino Jorg Wiedenmann. Aun así, aunque gran parte de la atención sobre la toxicidad de los corales se ha centrado en los filtros UV orgánicos, los filtros UV inorgánicos también podrían tener un efecto. Mientras tanto, algunos biólogos marinos señalan que la amenaza mucho mayor (y mejor comprobada) para los corales es el cambio climático, y que los peores eventos de blanqueamiento se han producido en lugares sin turistas. Si bien los científicos aún no han demostrado ningún efecto adverso concreto para los humanos por el uso de protectores solares orgánicos (o inorgánicos), aparte de efectos secundarios ocasionales como reacciones alérgicas, no podemos decir lo mismo de la exposición excesiva a los rayos UV. En el peor de los casos, puede provocar cáncer de piel, el tipo de cáncer más común en países como Estados Unidos y Reino Unido. Si se propaga, el tipo más mortal, el melanoma, tiene una tasa de supervivencia a cinco años de tan solo el 35 %. Por eso, según los expertos, el mejor protector solar es aquel que te guste usar. Para algunas personas, es un protector solar más suave, más transparente y que se absorbe más rápido. Para otras, podría ser un protector solar con menos problemas de toxicidad, por muy teóricos que sean. "El FPS es FPS", dice Young. "En realidad, no importan los ingredientes".

2025-07-28 / 13:26:00
El "dolor de helado": un misterio neurológico uruguayo revelado
Estás tomando un granizado o muerdes un helado demasiado rápido y, de pronto, sientes un dolor agudo, helado y punzante, tan breve como intenso, que te atraviesa la frente.
Según la Clasificación Internacional de Trastornos de Cefalea, se trata de una "cefalea por estímulo frío", también conocida con el nombre de dolor de cabeza por helado (en inglés brain freeze). Y aunque parezca trivial, revela una sorprendente complejidad neurológica y médica.
En los últimos años, varias investigaciones han revelado que este pequeño "dolor de verano" podría enseñarnos sobre el tratamiento de las migrañas, las reacciones cerebrales al frío e, increíblemente, cómo proteger al cerebro en situaciones críticas.
El brain freeze es el dolor frontal o temporal de corta duración, que puede ser intenso, inducido en personas susceptibles por el paso de material frío (sólido, líquido o gaseoso) sobre el paladar y/o la pared faríngea posterior.
Este cambio de temperatura tan brusco provoca una vasoconstricción, seguida de vasodilatación en los vasos sanguíneos de la zona. El nervio trigémino, que conecta el rostro con el cerebro, interpreta este cambio como una amenaza térmica, y lanza una señal de "dolor" al cerebro.
Lo curioso del caso es que ese dolor no lo sentimos en la boca, sino en la frente o las sienes. Es lo que se llama dolor referido: el cerebro malinterpreta la fuente del estímulo, algo muy común en otros tipos de dolor visceral.
Un artículo publicado en Critical Care Medicine en 2010 –con el provocador título "Can an Ice Cream Headache Save Your Life?" (¿Puede un dolor de cabeza por helado salvarle la vida?)– sugirió que los mecanismos detrás del brain freeze podrían inspirar estrategias clínicas para proteger el cerebro después de un paro cardíaco, usando hipotermia terapéutica.
Este tipo de reacciones neurovasculares rápidas ayudarían a regular la presión intracraneal, el flujo sanguíneo cerebral y los reflejos autonómicos.
En otras palabras, un helado puede activar rutas que los médicos intentan replicar de forma controlada en cuidados intensivos.
Un artículo de revisión publicado en 2023 examinó la involucración en este fenómeno de estructuras profundas del cráneo como el nervio trigémino y el ganglio esfenopalatino, ambos conocidos por estar implicados en migrañas, cefaleas en racimo y neuralgias faciales.
Además, múltiples trabajos han mostrado que la respuesta dolorosa al frío podría revelar una hipersensibilidad del sistema trigémino, especialmente en personas predispuestas.
La prevalencia de este fenómeno varía en un rango del 15 al 37 % en la población general, pero es significativamente mayor en niños y adolescentes, alcanzando cifras entre el 40,6 % y el 79 %, según datos recopilados en la literatura científica.
Un estudio clave alemán realizado con estudiantes de 10 a 14 años, padres y profesores, mostró una prevalencia del 62 % en los menores y del 31 % en los adultos. Esta diferencia podría deberse a una combinación de factores: el aprendizaje conductual para evitar desencadenantes dolorosos, una mayor estabilidad neuronal frente al frío con la edad y diferencias anatómicas que hacen que los niños sean más susceptibles a una rápida estimulación de los receptores del frío.
Por otro lado, el dolor por estímulo frío tiene una fuerte relación con antecedentes de migraña. Las personas aquejadas por este tipo de dolor presentan prevalencias de entre el 55,2 % y el 73,7 %, muy por encima de quienes sufren cefaleas tensionales (23-45,5 %).
Un estudio incluso reveló una sorprendente prevalencia del 94 % en personas con antecedentes de cefalea punzante. Esto sugiere que el brain freeze podría servir como marcador clínico indirecto de una sensibilidad trigeminal aumentada, compartida con otras cefaleas más incapacitantes.
Otros factores de riesgo identificados incluyen antecedentes de traumatismo craneal y, especialmente, historia familiar: los hijos de padres con cefalea por estímulo de frío tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollarla. Si la madre la ha sufrido, el riesgo se multiplica por 10,7 y si es el padre, por 8,4.
Todos estos datos revelan que lo que muchas veces se percibe como un simple "dolor de helado" es, en realidad, una expresión de procesos neurológicos complejos.
Lejos de ser banal, podría ayudar a entender mejor los umbrales de dolor y la predisposición a trastornos neurosensoriales más amplios.
En general, no. Se trata de un fenómeno benigno, autolimitado y sin consecuencias médicas. Sin embargo, existe un caso clínico extraordinario, publicado en 1999 en el American Journal of Forensic Medicine and Pathology, donde un hombre joven colapsó tras beber agua muy fría.
Los forenses sospecharon un reflejo vagal extremo como causa de muerte, no un brain freeze clásico, sino una respuesta autonómica descontrolada en un contexto de calor extremo y predisposición fisiológica.
Este suceso aislado sirve más para mostrar la capacidad del cuerpo para reaccionar drásticamente ante estímulos extremos que para generar alarma sobre los helados o las bebidas frías.
La buena noticia es que esta peculiar cefalea se puede evitar con algunas estrategias simples.
La más eficaz es comer o beber lentamente. Cuando ingerimos alimentos fríos a gran velocidad, el estímulo térmico en el paladar es demasiado brusco para que el cuerpo lo compense a tiempo, activando la respuesta dolorosa.
También es importante evitar que la materia a baja temperatura toque directamente el paladar superior, ya que esta zona está altamente vascularizada y cercana al trayecto del nervio trigémino. Usar una pajita, mantener el líquido en la lengua antes de tragar o no dejar que el helado se derrita demasiado rápido en la boca pueden ayudar.
Y si el dolor ya comenzó, hay un truco sencillo: presiona la lengua contra el techo de la boca. Este contacto ayuda a restaurar la temperatura y aliviar la molestia en segundos.
Así que la próxima vez que una cucharada de helado te congele la frente, recuerda: no estás exagerando. Tu sistema nervioso está ensayando una respuesta que los científicos aún están tratando de descifrar… y quizás de aprovechar.
Imagen obtenida de BBC News Mundo.

2025-07-28 / 13:14:00
Medicamentos para el movimiento: Efectos secundarios extremos impactan familias uruguayas
Cuando Sarah subió al ático de la casa de su padre, no estaba preparada para lo que iba a encontrar. Su padre, James, era un hombre modesto que había trabajado toda su vida en la misma empresa y se había pensionado hace unos 20 años cuando le diagnosticaron Parkinson. Había controlado los temblores y los problemas de equilibrio causados por la enfermedad tomando un medicamento llamado Ropinirol. Pero durante la pandemia de covid-19, Sarah se había alarmado cada vez más por el secretismo de su padre y quería ver en qué había estado empleando su tiempo.
En el desván, descubrió montones de notas escritas a mano y una decena de dispositivos de grabación que había estado utilizando para espiar su propia casa. En escritos y grabaciones, había documentado los inocentes sonidos que hacía su esposa mientras se movía por la casa y mientras dormía, para intentar demostrar que tenía una aventura. También había catalogado los detalles de numerosas líneas de chat y sitios web pornográficos que había estado utilizando obsesivamente.
Cuando Sarah le contó a su anciana madre lo que había descubierto, se horrorizó al enterarse de que James también la había coaccionado sexualmente. Pero fue solo cuando Sarah lo llevó a ver a su enfermera especialista hace cinco años que se enteró de que la medicación que tomaba su padre podía tener efectos secundarios tan extremos. "Oh, se ha vuelto muy libidinoso, ¿verdad?", le preguntó la enfermera.
La pareja vive ahora separada en su vejez, porque James supone un riesgo demasiado grande para su esposa, dice Sara. James vive en una residencia especializada y Sarah afirma que le han dicho que ha agredido sexualmente al personal del centro. "Este medicamento ha destrozado a mi familia", afirma Sarah, cuyo nombre hemos cambiado, al igual que el de su padre.
Sarah tiene un poder notarial sobre sus padres, lo que incluye su tratamiento médico. Según ella, ha sopesado cuidadosamente los intereses de ambos a la hora de decidir contar la historia de su familia, pero quiere que la gente conozca el impacto que pueden tener los medicamentos.
El caso de James es uno de los 50 que se han comunicado con la BBC, la mayoría de ellos relacionados con hombres tratados por trastornos del movimiento cuyo comportamiento cambió drásticamente tras recibir una prescripción de medicamentos de una familia específica. A menudo, el comportamiento cambió tras muchos años tomando los medicamentos en dosis cada vez mayores, según nos contaron los hombres.
En marzo, la BBC reveló que los médicos no habían advertido a las mujeres de que tomar el mismo tipo de medicación para el síndrome de piernas inquietas (SPI) podía provocarles un deseo compulsivo de buscar relaciones sexuales y apostar, lo que las ponía en riesgo personal y arruinaba sus finanzas, sus carreras y sus relaciones. Muchos de los casos de los que hemos tenido conocimiento implican la explotación de mujeres y niños. Entre ellos se incluyen:
Los tres hombres afirmaron que no tenían antecedentes de ese tipo de comportamiento sexual antes de tomar los medicamentos. También dijeron que sentían una profunda vergüenza por su comportamiento, pero creían que la medicación los ayudaba con sus dolencias.
Otros hombres con los que habló la BBC dijeron que no querían dejar de tomar los fármacos porque les habían llevado a descubrir nuevos intereses sexuales —que son legales y consensuados— y porque disfrutaban del aumento de su libido. Un abuelo casado de unos 60 años ha comenzado a travestirse y ha entablado relaciones online con hombres. Otro hombre afirma que los medicamentos desinhibieron sentimientos homosexuales que no había explorado anteriormente.
Los registros de recetas muestran que algunos de los hombres con los que hablamos intentaron reducir la dosis, pero todos consideraron que había tenido un impacto negativo en su salud.
El Ropinirol que toma James pertenece a una familia de medicamentos conocidos como **agonistas de la dopamina**, que se recetan para el Parkinson, el síndrome de piernas inquietas, los tumores hipofisarios y otras afecciones.
El riesgo de efectos secundarios de comportamiento impulsivo de los medicamentos agonistas de la dopamina se conoce desde hace tiempo, pero la BBC descubrió que los médicos en Reino Unido siguen sin advertir a todos los pacientes a los que se les han recetado estos medicamentos para diversas afecciones.
En marzo, la BBC reveló cómo la empresa farmacéutica británica GSK había descubierto en 2003 una relación entre el Ropinirol y lo que denominó comportamiento sexual "desviado", incluida la pedofilia. GSK declaró a la BBC que había compartido estos hallazgos con las autoridades sanitarias, había incluido esta advertencia de seguridad en los prospectos del medicamento y había llevado a cabo ensayos exhaustivos con el fármaco, que se ha recetado en 17 millones de tratamientos.
Sin embargo, las advertencias sobre este tipo de comportamiento no se incluyeron en los prospectos hasta 2007 y, incluso ahora, solo especifican como riesgos el interés sexual "alterado" y la libido "excesiva" o "aumentada".
Es necesario reforzar inmediatamente las recomendaciones de seguridad sobre los efectos secundarios "tóxicos" del medicamento, ya que su impacto puede ser "devastador", según la presidenta en funciones de la Comisión de Salud, la parlamentaria laborista Paulette Hamilton. "Nueve de cada diez personas no leen lo que hay en esos prospectos", afirma. "Y si lo lees, ¿qué significa alteración del interés sexual? No tengo ni idea".
Los medicamentos actúan imitando los efectos de la dopamina, una sustancia química natural que ayuda a transmitir mensajes en el cerebro, como los que controlan el movimiento. La dopamina también se conoce como la "hormona de la felicidad" porque se activa cuando algo nos produce placer o nos sentimos recompensados.
Los agonistas de la dopamina pueden estimular en exceso esas sensaciones, lo que ayuda a las personas que padecen algunos trastornos del movimiento que pueden estar causados por niveles bajos de dopamina. Sin embargo, también pueden disminuir la apreciación de las consecuencias, lo que conduce a un comportamiento impulsivo, según los académicos.
El medicamento también puede empeorar los síntomas existentes de piernas inquietas, según decenas de personas que hablaron con la BBC, causando a veces una necesidad incontrolable de mover otras partes del cuerpo. Este es un riesgo bien documentado para quienes toman el medicamento durante un período prolongado y se conoce como aumentación.
La BBC también ha tenido conocimiento de las preocupaciones suscitadas por dos estudios que analizaban la capacidad de otro fármaco agonista de la dopamina, la Rotigotina, para combatir el empeoramiento de las condiciones de salud. Ambos estudios fueron patrocinados por el fabricante del fármaco, la empresa belga UCB.
Se nos ha informado de que altos cargos de la empresa rechazaron repetidamente las evidencias de aumentación causada por la Rotigotina durante el primer estudio, realizado en 2012. Uno de sus autores, el Dr. Diego García-Borreguero, afirma que el personal de UCB asistió a las reuniones y debatió los resultados con los académicos. Dice que la interferencia fue "sutil", pero que los resultados publicados no fueron imparciales.
La BBC también descubrió que ocho de los nueve autores de un segundo estudio sobre la Rotigotina realizado en 2017 habían recibido pagos en algún momento de UCB, y que cinco de ellos eran empleados directos de la empresa. Las conclusiones del informe –que la Rotigotina era eficaz para tratar la aumentación- son "ridículas", según el Dr. Andy Berkowski, neurólogo y coautor de las directrices de práctica clínica para el tratamiento del síndrome de piernas inquietas en Estados Unidos.
Berkowski afirma que los datos muestran que más del 50 % de los pacientes dejaron de tomar el fármaco durante el estudio, en gran parte debido a efectos adversos o a la falta de eficacia, y que más de la mitad de los que lo completaron necesitaron un aumento de la dosis, posiblemente debido al empeoramiento de sus síntomas de SPI.
UCB afirma que sus estudios fueron imparciales, se sometieron a una revisión independiente por pares y que los autores que eran empleados suyos o con los que tenía afiliaciones previas cumplieron plenamente con las pautas sobre divulgación de conflictos de intereses. Señalaron también que la eficacia de la Rotigotina se demostró en múltiples ensayos y que la mayoría de los pacientes que completaron el estudio de 2017 experimentaron una mejora clínica significativa. Esto corresponde a 37 de los 99 pacientes que comenzaron el estudio.
El año pasado, médicos de cabecera en Inglaterra recetaron casi 1,5 millones de fármacos agonistas de la dopamina, según datos publicados a los que tuvo acceso la BBC.
Otro fármaco, el Aripiprazol (un agonista parcial de la dopamina utilizado para tratar problemas de salud mental), también es conocido por causar comportamientos impulsivos. Se recetó en más de 1,7 millones de tratamientos solo en Inglaterra el año pasado, a menudo a pacientes jóvenes. Un paciente que tomaba el fármaco nos contó que su ludopatía se había vuelto tan grave que robaba para financiar su adicción. La madre de otro paciente cree que el medicamento provocó que su hijo se exhibiera en público.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés) afirma que no tiene previsto modificar sus advertencias sobre los fármacos agonistas de la dopamina. Anteriormente, le informó a la BBC que los impulsos sexuales varían y que se incluye una advertencia general sobre actividades que pueden ser perjudiciales.
El Real Colegio de Médicos de Cabecera (NICE) anunció que su currículo actualizado, utilizado para la formación de médicos y que se publicará el próximo mes, incluirá ahora el seguimiento de los efectos secundarios del comportamiento impulsivo en el síndrome de piernas inquietas (SPI), que se estima que afectan entre el 6 % y el 17 % de los pacientes.
Un efecto secundario se considera "común" cuando afecta solo al 1 % de las personas que toman el medicamento, según el organismo de orientación sanitaria NICE.
El Departamento de Salud y Asistencia Social no hizo comentarios.
FUENTE: BBC

2025-07-28 / 13:12:00
Vitaminas Esenciales: Más allá de los Superalimentos, ¿qué Necesita Uruguay?
En un mundo en el que los "superalimentos" se comercializan sin descanso por su supuesta capacidad para aportarnos todos los nutrientes que necesitamos, vale la pena preguntarse: ¿qué vitaminas son realmente esenciales? El difunto y gran comediante australiano Barry Humphries (famoso por su personaje Dame Edna) habló una vez con humor sobre los beneficios para la salud del kale (o col rizada). Solo un puñado, bromeó, contenía suficientes vitaminas, minerales y oligoelementos esenciales como para mantenerte sentado en el baño durante dos días enteros. Al parecer, no era lo suficientemente sabroso como para justificar una segunda ración. En un mundo en el que los "superalimentos" se comercializan sin descanso por su supuesta capacidad para aportarnos todos los nutrientes que necesitamos, vale la pena preguntarse: ¿qué vitaminas son realmente esenciales? Y, aparte de la col rizada (que, por cierto, me gusta bastante), ¿qué alimentos nos ayudan a cubrir nuestras necesidades diarias? Empecemos por lo más importante. La vitamina A, también conocida como retinol, se encuentra en alimentos como los huevos, el pescado azul y los productos lácteos. Desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud de la piel y el sistema inmunológico. Pero probablemente sea más conocida por su contribución a la visión. La vitamina A se une a los pigmentos sensibles a la luz de las células de los conos y bastones de la retina, lo que ayuda a ver, especialmente en condiciones de poca luz. La deficiencia de vitamina A, aunque poco común en los países ricos, puede provocar graves problemas de visión e incluso ceguera. Otra fuente de vitamina A es el betacaroteno, que se encuentra en frutas y verduras de colores vivos como las zanahorias, los pimientos, las espinacas y la calabaza. El cuerpo convierte el betacaroteno en vitamina A, por lo que asociamos las zanahorias con la visión en la oscuridad. Las vitaminas B son una familia de ocho nutrientes diferentes, cada uno con su propio número y función. La vitamina B1 (tiamina) ayuda al sistema nervioso y favorece la digestión. Las personas con alcoholismo crónico corren un riesgo especial de sufrir deficiencia, lo que puede provocar el síndrome de Wernicke-Korsakoff, un trastorno neurológico grave que afecta a la memoria y al movimiento. La B2 (riboflavina) y la B3 (niacina) tienen funciones similares, mientras que la B9 (folato) y la B12 (cobalamina) son esenciales para la producción de glóbulos rojos. La falta de cualquiera de ellas puede provocar anemia. El folato es especialmente importante al inicio del embarazo, ya que ayuda a prevenir defectos del tubo neural como la espina bífida. Por eso se recomienda a las personas embarazadas o que están intentando concebir. Las vitaminas B se encuentran en todo tipo de alimentos, desde legumbres y leguminosas hasta carne, pescado y lácteos; una amplia familia de nutrientes en una gran variedad de alimentos. La vitamina C (ácido ascórbico) es la vitamina a la que recurrimos cuando nos sentimos mal, ya sea por un virus o por una resaca, y se la conoce como la vitamina "curativa" por una buena razón. Favorece la cicatrización de las heridas, ayuda a la reparación de los tejidos y contribuye al mantenimiento de los vasos sanguíneos y los huesos. La deficiencia de vitamina C provoca escorbuto, una enfermedad que antes era común entre los marineros, con síntomas como fatiga, hematomas, depresión y enfermedades de las encías. Afortunadamente, la vitamina C se encuentra en muchas frutas y verduras diferentes, especialmente en los cítricos. Por eso, a los marineros británicos del siglo XIX se les daba limas para prevenir el escorbuto, lo que les valió el apodo de "limeys". La vitamina D es esencial para los huesos, los dientes y los músculos. Se puede absorber a través de la dieta, especialmente del pescado azul, los huevos y la carne, pero el cuerpo también la produce en la piel gracias a la luz solar. En verano, la mayoría de las personas obtienen suficiente vitamina D al estar al aire libre. Sin embargo, en los meses de invierno, la dieta y, si es necesario, los suplementos cobran mayor importancia. La deficiencia es más común, especialmente en zonas con exposición solar limitada. Puede provocar huesos blandos y debilitados y síntomas como dolor óseo, fracturas y deformidades, incluida la clásica apariencia de piernas arqueadas. En los niños, esta afección se conoce como raquitismo; en los adultos, se denomina osteomalacia. A menudo pasada por alto, la vitamina E ayuda a proteger las células, favorece la visión y refuerza el sistema inmunológico. Se encuentra en los frutos secos, las semillas y los aceites vegetales, y suele ser fácil obtenerla en cantidades suficientes a través de una dieta variada. En realidad no es una vitamina, la "vitamina F" es solo un apodo para dos ácidos grasos omega: el ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido linoleico (LA). Estas grasas esenciales favorecen el funcionamiento del cerebro, reducen la inflamación y ayudan a mantener la piel y las membranas celulares sanas. Como técnicamente no son vitaminas, las dejaremos pasar discretamente. No, no te has perdido las vitaminas G a J: simplemente se les ha cambiado el nombre con el paso de los años. Pero la vitamina K es real y es fundamental para la coagulación de la sangre. Las deficiencias son más comunes en los niños y pueden provocar hematomas y hemorragias difíciles de detener. Los suplementos son eficaces y se administran después del nacimiento. La mayoría de los adultos obtienen la cantidad suficiente a través de alimentos como las verduras de hoja verde y los cereales. Todas estas vitaminas son importantes, y todas se encuentran en una amplia variedad de alimentos cotidianos. Pero, ¿qué alimento proporciona la mayor variedad? El kale, el pescado azul y los huevos ocupan los puestos segundo, tercero y cuarto. Pero el número uno es: el hígado. Sí, el hígado. Ese alimento que tanto temíamos de niños y que solía servirse demasiado cocido en los comedores escolares. Pero también es rico en vitaminas A, B, D y K. De hecho, es tan rico en vitamina A que se recomienda consumirlo solo una vez a la semana para evitar la toxicidad por vitamina A, y no consumirlo en absoluto si se está embarazada. A veces, simplemente no se puede ganar. --- *Dan Baumgardt es profesor, Escuela de Fisiología, Farmacología y Neurociencia, Universidad de Bristol. *Este artículo fue publicado en *The Conversation* y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original (en inglés). Haz clic aquí para leer más historias de *BBC News Mundo*. Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana. También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido. Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

2025-08-05 / 12:42:00
Alerta en Uruguay: "Pouches" de cafeína, la nueva moda adolescente que preocupa a los expertos
Un número creciente de adolescentes alrededor del mundo están usando bolsitas de cafeína para obtener un subidón de energía, y algunos expertos temen que la tendencia siga extendiéndose. Estas pequeñas bolsitas o "pouches", similares a bolsitas de té, se colocan entre el labio y la encía y proporcionan una rápida dosis de cafeína, directamente al torrente sanguíneo. Algunos influencers en redes sociales están promocionando estos productos, recomendándolos a quienes van al gimnasio para mejorar su rendimiento o a estudiantes que quieren estar alerta para los exámenes. TikTok Shop vende muchas marcas y sabores que pueden atraer a los jóvenes, afirma el Dr. Rob van Dam, de la Universidad George Washington, EE.UU. Pero agrega que, como una sola bolsita contiene tanta cafeína como dos tazas normales de café, puede ser fácil tomar demasiado y sufrir efectos secundarios indeseados. En varios países ya hay una creciente preocupación por el uso de bolsitas de nicotina —también conocidas como snus— entre los jóvenes. Además, las bolsitas de cafeína son discretas: es posible que no se note que alguien tiene una en la boca, lo que facilita ocultarlas de los padres y los profesores. Algunos fanáticos del producto presumen en internet del "subidón" que produce usar dos sobres a la vez para obtener una descarga extra de cafeína. Como explica Michelle Roberts, editora de salud de la BBC, como la cafeína se absorbe rápidamente, los efectos pueden comenzar minutos después de la ingestión y durar varias horas. Y los niveles pueden descontrolarse. El doctor van Dam le dijo a la BBC: "Los jóvenes pueden tener menos tolerancia a la cafeína y existe la posibilidad de que terminen en la sala de urgencias si consumen demasiada". La cafeína es un estimulante que puede hacerte sentir más alerta y con menos sueño gracias a su efecto sobre el cerebro y el sistema nervioso. Lewis James, de la Facultad de Ciencias del Deporte, Ejercicio y Salud de la Universidad de Loughborough, Inglaterra, afirma que existe evidencia sólida de que la cafeína puede ayudar a que se sienta más fácil hacer ejercicio. Se ha convertido en uno de los suplementos más utilizados por los atletas. Al hacer ejercicio, tu cuerpo produce una sustancia química llamada adenosina que te hace sentir cansado. La cafeína bloquea los receptores de adenosina en los nervios, por lo que tu cerebro percibe menos dolor y fatiga. Pero también actúa sobre otras partes del cuerpo, incluido el sistema cardiovascular, lo cual puede ser riesgoso. Los niveles altos pueden causar taquicardia, ritmos cardíacos anormales y convulsiones. Aunque es poco frecuente, se han documentado muertes por exceso de cafeína. Algunas personas son más sensibles a la cafeína que otras y pueden sentir náuseas, ansiedad e irritabilidad, además de dolores de cabeza incluso con dosis bajas. En general, hasta 400 mg de cafeína al día parecen ser seguros para la mayoría de los adultos sanos; esto equivale a unas cuatro tazas de café instantáneo. El té contiene un poco menos, por lo que cinco tazas al día suelen ser una cantidad adecuada. Se recomienda a las mujeres embarazadas reducir la ingesta diaria a la mitad, a 200 mg o menos. Los niños y adolescentes también son más susceptibles a los riesgos y a la posibilidad de una sobredosis. Por eso, las bebidas energéticas que contienen más de 150 mg de cafeína, por ejemplo, ya están obligadas por la legislación de la Unión Europea a llevar etiquetas que indiquen: "Alto contenido en cafeína. No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia". El doctor van Dam afirma que es fácil exceder los límites seguros porque la cafeína se encuentra en muchas bebidas y algunos alimentos, así que es importante controlar la cantidad que se consume. "Si bien es más difícil sufrir una sobredosis a punta de café, con las bolsitas de cafeína es más fácil, especialmente si los jóvenes también consumen bebidas energéticas". El experto afirma que algunos productos, al analizarlos en el laboratorio, contienen más cafeína de la que indica la etiqueta. Los dentistas afirman que el uso prolongado de las bolsitas de cafeína puede irritar las encías, de forma similar a las bolsitas de nicotina. Algunos expertos temen que las bolsitas de cafeína puedan ser una puerta de entrada al consumo de estas. Bini Suresh, jefa de dietética en la Clínica Cleveland de Londres y portavoz de la Asociación Dietética Británica (BDA), afirma que el uso de bolsitas puede parecer "una moda" o inofensivo, pero existe un riesgo real de normalizar el consumo de estimulantes en adolescentes y adultos jóvenes, lo que podría generar patrones de dependencia. "Si bien la cafeína puede proporcionar un estímulo temporal, puede interrumpir el sueño y agravar la fatiga con el tiempo, especialmente en niños y adolescentes, que son más sensibles a sus efectos", le dijo la experta a la BBC. Si los jóvenes van a consumir cafeína, tanto la BDA como el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido recomiendan precaución. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sugiere 3 mg/kg de peso corporal como límite superior para niños y adolescentes, lo que significa que un niño de 30 kg no debería consumir más de 90 mg al día. En lugar de recurrir a la cafeína, Suresh indica que es mucho mejor centrarse en comer varias veces al día, permanecer hidratado e ingerir alimentos ricos en nutrientes que permitan tener niveles de energía estables a lo largo del día. Una dieta saludable con suficiente hierro, proteínas y carbohidratos de liberación lenta debería ser suficiente, señala.

2025-08-08 / 16:13:00
Suplementos: Riesgos, Engaños y Alternativas Saludables en Uruguay
Muchas personas no son conscientes de los riesgos, limitaciones y engaños publicitarios detrás de los suplementos que prometen curarlo todo. Desde colágeno en polvo hasta gomitas para la inmunidad, los suplementos están en todas partes: en nuestros mensajes de Instagram, en los estantes de los supermercados y llenando el botiquín de nuestros baños. Se comercian como curas rápidas contra los males de la salud modernos, con la promesa de darnos mejor sueño, piel reluciente, mayor concentración y hasta más longevidad. Como nutricionista, frecuentemente me preguntan si los suplementos valen su costo, y la respuesta es: depende. Basado en lo que afirman online, creerías que pueden curar casi todo. Mientras que algunos suplementos sí cumplen un papel valioso bajo ciertas circunstancias, suelen ser malentendidos y frecuentemente sobre promocionados. Sin embargo, muchas personas no están conscientes de los riesgos, limitaciones y trucos publicitarios detrás de las marcas. Aquí planteo 5 cosas que me gustaría que la gente supiera antes de comprar suplementos. Si puedes obtener un nutriente de tu dieta, eso casi siempre es la mejor opción. La Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido define un suplemento alimenticio como un producto *"destinado a corregir deficiencias nutricionales, mantener una ingesta adecuada de ciertos nutrientes, o apoyar funciones fisiológicas específicas."* En otras palabras, los suplementos están ahí para ayudar tu dieta, no reemplazar los alimentos reales. Los alimentos integrales proporcionan mucho más que nutrientes aislados. Por ejemplo, pescado graso como el salmón no solamente provee grasas omega-3, sino también proteína, vitamina D, selenio u otros compuestos beneficiosos. Estos interactúan de maneras que no entendemos completamente y sus efectos combinados son difíciles, si no imposibles, de replicar con suplementos. Los científicos han tratado de aislar los "ingredientes activos" de frutas y vegetales para recrear sus beneficios en pastillas, pero sin éxito. Las ventajas parecen venir del alimento completo, no de un solo compuesto. Dicho eso, hay circunstancias en las que los suplementos son necesarios. Por ejemplo, el ácido fólico se recomienda antes y después del embarazo para reducir el riesgo de defectos en los tubos neurales del feto. La vitamina D se recomienda durante los meses de invierno cuando la luz del sol es limitada. Las personas que siguen una dieta vegana podrían necesitar vitamina B12, que es la que más se encuentra en productos animales. Es mucho más fácil tomar demasiado de un suplemento que sobrepasarse con la comida. A corto plazo, eso puede generar efectos secundarios como náusea o diarrea. Pero a largo plazo, el sobreconsumo puede tener consecuencias severas. Muchas personas toman suplementos durante años sin saber si los necesitan o cuántos son demasiado. Vitaminas solubles en grasa como la A, D, E y K se almacenan en el cuerpo en lugar de ser excretadas. Demasiada vitamina D, por ejemplo, puede producir una acumulación de calcio, que puede dañar los riñones y el corazón, así como debilitar los huesos. Dosis altas de vitamina A pueden causar daños al hígado, defectos de nacimiento durante el embarazo y una disminución de la densidad ósea. Incluso las vitaminas solubles en agua pueden causar problemas, ya que se ha vinculado el sobreuso a largo plazo de la vitamina B6 con daños a los nervios. Como la mayoría de las personas no revisan regularmente sus niveles de nutrientes en la sangre, muchas veces no se dan cuenta de que algo anda mal hasta que aparecen los síntomas. Si pasas unos minutos online probablemente verás suplementos promocionados como "fortalecedores del sistema inmune", "naturales", o "desintoxicantes". Estas palabras pueden sonar convincentes, pero no tienen ninguna definición científica. Son términos de mercadeo. La agencia que controla las normas de la publicidad en Reino Unido (ASA, por sus siglas en ingles) tiene reglas sobre cuántas atribuciones de la salud pueden hacer, incluyendo en las redes sociales. Pero hacerlas cumplir es difícil, especialmente con el mercadeo de influenciadores y programas afiliados. Las estrategias de mercadotecnia conocidas como marketing multinivel (MLM) añaden más complejidad. Los vendedores, que suelen no tener capacitación médica ni científica, promueven los productos en base a anécdotas personales en lugar de evidencia. Aunque ASA provee guías específicas de cómo los vendedores de MLM pueden promocionar los suplementos, estas reglas son frecuentemente ignoradas, y raramente impuestas y suelen escurrirse entre brechas reguladoras, lo que da lugar a unas atribuciones verdaderamente extraordinarias. El mercado global de suplementos está avaluado en más de US$100.000 millones. Como cualquier gran industria, sus metas son crecimiento y ganancias. Eso influye en cómo los productos son desarrollados y comerciados. Si un suplemento realmente funcionara, sería recomendado por médicos, no influenciadores. Algunos suplementos están respaldados con evidencia, pero estos tienden a ser menos llamativos que otros, como el hierro o la vitamina D. Muchos otros son publicitados con afirmaciones que van mucho más allá de lo que los estudios demuestran y frecuentemente son promovidos por personas que no tienen capacitación formal en nutrición o cuidado de la salud. Que estén disponibles sin receta médica no significa que un suplemento es seguro. Aún cuando los productos estén etiquetados como *"naturales"* pueden reaccionar con medicamentos o causar daño. La hierba de San Juan, usada algunas veces para levantar el ánimo, puede tener efectos secundarios peligrosos si se toma con algunos antidepresivos, anticonceptivos o fármacos para la presión arterial. La vitamina K puede interferir con anticoagulantes como la Warfarina. El hierro de dosis alta puede producir problemas digestivos y afectar cómo algunos antibióticos son absorbidos. Muchos suplementos no han sido puestos a prueba en términos de seguridad para personas embarazadas. Se sabe que otros, como la vitamina A de dosis alta, puede ser perjudicial durante el embarazo y ser traspasada a través de la leche materna. Si estás embarazada, lactando, tomando medicamentos o lidiando con una condición de salud, habla con un farmacéutico, médico general o dietista antes de empezar a tomar un nuevo suplemento. Los suplementos pueden ayudar a la salud cuando hay una necesidad específica, pero no son un remedio universal. Antes de gastar dinero en un producto que promete mucho, hazte esta pregunta: ¿Realmente lo necesito o no sería mejor gastar el dinero en comida saludable? --- *Rachel Woods es catedrática senior de la Universidad de Lincoln. Su artículo original fue publicado en The Conversation, cuya versión en inglés puedes leer aquí* Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo. Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana. También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp. Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

2025-08-24 / 08:20:00
De la muerte a la vida: el uruguayo que revolucionó la cirugía con higiene
En una época en la que los quirófanos eran sinónimo de infecciones mortales, se atrevió a proponer algo insólito: desinfectar. Así nació la cirugía moderna. Era absolutamente insultante pretender que los doctores se lavaran las manos. Después de todo, eso era insinuar que las tenían sucias y, como dejó claro un obstetra del siglo XIX, "los médicos son caballeros y las manos de un caballero siempre están limpias". Ya el médico húngaro Ignaz Semmelweis se había dado un duro golpe contra esa pared en la década de 1840 tras implementar un sistema de lavado de manos para reducir la mortalidad en las salas de maternidad. Esto último lo logró de una manera espectacular. En abril de 1847 instaló una cuenca llena de solución de cal clorada en una salas obstétricas del Hospital General de Viena, Austria, y comenzó a salvar vidas de mujeres con tres simples palabras: "lávese las manos". En cuestión de un mes, las tasas de mortalidad se redujeron de un 18,3% a 2%. Si los resultados de esa experiencia y las que siguieron hubieran convencido a todos sus colegas de los méritos de su teoría, quizás aquello de lavarse las manos se habría extendido más allá del campo de la obstetricia. Pero no fue así. Semmelweis terminó confinado en un manicómio pues sus pares pensaron que su obsesiva insistencia en el lavado de las manos era una locura. La ciencia tendría que avanzar más antes de que la higiene se empezara a considerar indispensable para la salud, dentro y fuera de los hospitales. Ese mismo abril de 1847, en el University College Hospital de Londres, John Phillips Potter, un joven experto en Anatomía, se arañó un nudillo durante la disección de un cadáver infectado. No le prestó mucha atención, pero la infección se propagó inexorablemente y, tres semanas después, murió de septicemia. "Las víctimas de la disección deben ocupar un lugar distinguido entre los mártires de la ciencia y el conocimiento", comentó la revista médica The Lancet. "Podemos salvar a nuestros artesanos de las minas y los telares y las ruedas de muchos de los peligros incidentes a sus llamamientos, pero nuestro arte no ha podido, hasta ahora, liberar a nuestros propios trabajadores de este veneno destructivo". Entre la multitud que asistió al entierro estaba Joseph Lister, uno de los estudiantes de Medicina a los que Potter había instruido. Lister había crecido en un ambiente en el que la vida de los organismos más pequeños estaba muy presente. Su padre, Joseph Jackson, además de ser un próspero mercader de vino, dedicaba su tiempo libre a la investigación y había inventado la lente acromática, que transformó al microscopio de ser un juguete científico a herramienta de descubrimiento. Algunos de esos organismos pequeños que los microscopios estaban poniendo en evidencia habían matado a su instructor, y también, como confirmaría luego, a millones de personas en los hospitales de todo el mundo. La situación era tan desesperada que llevó al doctor James Y. Simpson, uno de los cirujanos que contribuyó a la introducción de la anestesia, a afirmar que "un hombre acostado en la mesa de operaciones en uno de nuestros hospitales quirúrgicos está expuesto a más posibilidades de muerte que un soldado inglés en el campo de batalla de Waterloo". Efectivamente, en las salas quirúrgicas y de recuperación, las infecciones se propagaban de paciente a paciente como incendios forestales. Ningún cirujano podía estar seguro de que su paciente sobreviviría tras una intervención. La tasa de mortalidad por operaciones quirúrgicas mayores o amputación de extremidades llegaba a rondar el 40%, y a alcanzar el 60% en hospitales franceses. Incluso las operaciones más simples conllevaban un alto riesgo de muerte por infección. De hecho, las infecciones en los hospitales eran tan comunes que el fenómeno llegó a tener dos nombres: fiebre de sala y hospitalismo (este último aún se usa, pero para describir otro problema). Se culpó a los hospitales por esto, y se habló mucho de cerrarlos y de que los pacientes fueran atendidos en casa. Pero aunque hubiera algo de razón en ello, sin encontrar la causa no se podía encontrar una solución realmente efectiva. Y esa causa era todo un misterio: había teorías pero la ciencia médica seguía desconcertada por las infecciones persistentes que mantenían las tasas de mortalidad obstinadamente altas. Lister, quien tras graduarse de médico se enamoró de la cirugía y se fue a trabajar a Edimburgo, Escocia, sufría al ver cómo muchos de sus pacientes desarrollaban complicaciones posoperatorias serias o incluso fatales. En 1855, le mostró una herida que se estaba curando sin supurarse a Batty Tuke, en ese entonces el psiquiatra más influyente de Escocia, y le dijo: "El objetivo principal de mi vida es descubrir cómo conseguir este resultado en todas las heridas". Más tarde, como Profesor Regius de Cirugía y a cargo de las salas de operaciones en la Universidad de Glasgow, el problema estaba constantemente presente, en su día a día y en su mente. Desde hacía años había notado una marcada diferencia en el resultado entre fracturas simples, cuando la piel quedaba intacta, y fracturas compuestas, en las que la superficie de la piel se rompía y a menudo terminaban en "gangrena hospitalaria" y amputación. Un día estaba charlando con un colega, el profesor Thomas Anderson, y este mencionó que en Francia el famoso químico Louis Pasteur había demostrado que si fluidos susceptibles a la fermentación y la putrefacción se mantenían libres de contacto con el aire, se mantenían frescos. Más relevante aún, el biólogo francés había revelado que la leche se agriaba y el jugo de uva se fermentaba debido al crecimiento y la acción de diminutas partículas vivas (microbios) que podían transportarse en el aire. Lister se le ocurrió de inmediato probar si al interponer un escudo antiséptico entre una herida -como las que quedaban tras una operación- y el entorno, se podían prevenir las complicaciones sépticas. Era 1865 y poco después de esa afortunada conversación, un niño de Glasgow de 11 años de edad contribuyó involuntariamente a hacer historia. Se llamaba James Greenlees y lo había atropellado un carruaje en la calle, así que lo llevaron a la sala de emergencias de la Glasgow Royal Infirmary. El niño tenía una fractura compuesta -la pesadilla de los cirujanos- en la pierna izquierda. Lister decidió experimentar. Había pensado que para matar a los microbios podía usar un químico; después de todo, las sustancias "antisépticas" habían sido utilizadas desde tiempos inmemoriales. Optó por una sustancia que solía usarse para limpiar el alcantarillado en la ciudad de Carlisle y estaba disponible como una solución de ácido carbólico al 5%. Dispuso que las manos, la ropa, los instrumentos quirúrgicos y las heridas debían lavarse con ese químico. Al terminar la operación, aplicó un vendaje bañado en ácido carbólico y, crucialmente, ordenó que el apósito fuera renovado varias veces a medida que pasaban los días. La herida comenzó a formar costras y sanar. Después de seis semanas, Greenlees fue dado de alta, completamente recuperado. Fue el primer éxito de Lister con esta técnica. Quizás te sorprenda que algo tan sencillo -y hoy en día obvio- fuera tan revolucionario. Pero es que hasta entonces los cirujanos reutilizaban vendajes o dejaban las heridas sin protección. De hecho, la higiene en los hospitales era deplorable. Había trapos viejos, esponjas e instrumentos sucios esparcidos por la sala de operaciones. Los doctores, practicantes y auxiliares circulaban libremente entre los pacientes vivos que trataban y los muertos que diseccionaban o a los que les hacían la autopsia. En el aire flotaba siempre un inquietante olor ligeramente nauseabundo de putrefacción que se aferraba a la ropa del personal y los pacientes. Los cirujanos rara vez limpiaban el equipo quirúrgico ni se lavaban las manos antes de las operaciones. A pesar de sus incontrovertibles pruebas, las observaciones de Semmelweiss no habían tenido ningún impacto en las autoridades médicas conservadoras de la época. Trágicamente, el día después de que Lister probó con éxito el tratamiento antiséptico en el niño en Glasgow, Semmelweis murió, precisamente de una infección quirúrgica en Budapest, Hungría. Lister no supo del trabajo de Semmelweis hasta 1883; cuando se enteró de los detalles lo declaró su precursor. Para ese entonces, la esterilización de instrumentos y el lavado de manos se practicaban ampliamente, a pesar de la resistencia inicial de muchos eminentes cirujanos. Tras tratar 11 casos como el de Greenlees, de los cuales nueve se curaron sin infección, el 16 de marzo de 1867 Lister publicó en The Lancet un artículo titulado "Un nuevo método para tratar fracturas compuestas". Marcó el nacimiento de la cirugía moderna, según el eminente doctor e historiador Zachary Cope (1881-1974). Lister describió los resultados positivos para sus pacientes: extremidades "que sin duda habrían estado condenadas a amputación" debido a la probabilidad de infección "pueden conservarse con la confianza de obtener los mejores resultados". Y eso, que ya de por sí era invaluable, apenas era el principio. Por temor a las infecciones y sus estragos, los cirujanos casi nunca se arriesgaban a hacer operaciones que involucraran hacer incisiones, ni siquiera a drenar abscesos. Con su método, los abscesos podían drenarse; las incisiones, sanarse, y los hospitales, tornarse en lugares más saludables. "Como parece no haber dudas sobre la causa de este cambio, la importancia del hecho difícilmente puede exagerarse", escribió Cope. Con todo y eso, al principio, el enfoque antiséptico de Lister tuvo una recepción mixta que iba desde la aclamación hasta la feroz oposición, esta última particularente en Reino Unido y Estados Unidos. Pero Lister se mantuvo firme, perfeccionando su método constantemente, y para 1871 su régimen antiséptico había ganado tal aceptación que la reina Victoria lo convocó para extirparle un tumor del brazo. Con el tiempo, fue nombrado cirujano personal de la reina y honrado con un título nobiliario. Su método se extendió por toda Europa a lo largo de la década de 1870. En 1876, el infatigable Lister cruzó el océano para llevar sus técnicas pioneras a Estados Unidos, logrando no sólo que las adoptaran sino inspirando a otros a crear productos que siguen siendo familiares. Uno de los asistentes a una de sus conferencias en EE.UU. fue el doctor Joseph Joshua Lawrence, quien desarrollaría una fórmula de un antiséptico para múltiples usos. Lo nombró en honor al hombre que lo inspiró: Listerine. Otro asistente a la misma conferencia, Robert Wood Johnson, se sintió igualmente inspirado y con sus dos hermanos creó una empresa para fabricar los primeros apósitos y suturas quirúrgicas estériles producidos en masa según los métodos de Lister. Esa empresa era Johnson & Johnson. Para 1890, el mundo entero había aceptado la gran innovación de Lister, y los microbios que causaban la sepsis habían sido identificados y cultivados. A fines de esa década, los métodos antisépticos de Lister llevaron a una cirugía aséptica y a la introducción de instrumentos estériles en quirófanos. En 1898 el uso de guantes de goma y el lavado de manos del cirujano eran de rigor. A finales de siglo, los cirujanos realizaban regularmente más tipos y cantidades de operaciones internas exitosas. Además de haber sido el primero en aplicar los principios de Pasteur a los humanos, Lister hizo varias otras contribuciones a la ciencia médica, desde aislar por primera vez bacterias en cultivo puro (Bacillus lactis) hasta ser pionero en el uso de catgut y tubos de goma para el drenaje de heridas, entre otras. Sin embargo, es recordado primordialmente como el innovador que revolucionó la historia de la cirugía, dividiéndola en dos eras: la que vino antes y la que vino después de él. *** Crédito fotográfico: BBC Mundo * Este artículo fue publicado originalmente en BBC Mundo en 2020. Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo. 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2025-08-27 / 13:29:00
Hospital Maciel realiza cirugía inédita con prótesis 3D a paciente con sarcoma de Ewing
El equipo de Tórax del Hospital Maciel logró una intervención quirúrgica inédita en el ámbito de la salud pública uruguaya, llevando a cabo una cirugía de alta complejidad que incluyó la extirpación de un tumor y la colocación de una prótesis 3D para reconstruir la zona afectada. La operación, realizada en agosto de 2025, no solo representa un avance en términos quirúrgicos, sino también en tecnología, marcando un paso importante en la evolución de la atención médica para los usuarios de ASSE. La intervención fue llevada a cabo en una mujer de 26 años, diagnosticada con un sarcoma de Ewing, un tumor raro y agresivo que invadió su pared torácica. El tratamiento comenzó un año antes, con radioterapia y quimioterapia para reducir el volumen del tumor, permitiendo finalmente su extirpación. La ubicación del tumor requería la remoción del pulmón derecho, así como de músculos y costillas de la pared torácica, un desafío médico y quirúrgico de gran complejidad. El Dr. Emilio Durand, uno de los cirujanos responsables, explicó que “cuando llegó a un tamaño que permitía su remoción, se planifica la cirugía. No solo para sacar el tumor, sino también para remover estructuras alrededor que nosotros llamamos el margen; que sea un margen oncológico suficiente para que el tumor no vuelva”. Este enfoque de margen oncológico adecuado es clave para evitar la recurrencia del tumor. La reconstrucción de la zona afectada fue posible gracias al uso de una prótesis 3D de titanio, diseñada de manera personalizada para la paciente. Esta prótesis fue confeccionada en Argentina, y su diseño digital se adaptó a la anatomía exacta de la mujer. La prótesis tiene la capacidad de dar estabilidad, proteger los órganos vitales y favorecer una mejor recuperación respiratoria. Además, se utilizó un sistema de barras y mallas, fijadas a medida, para asegurar la colocación de la prótesis. El costo de esta pieza fue absorbido por el Hospital Maciel, lo que refleja el compromiso del centro con la innovación en salud pública. El Dr. Fernando Ramos, director del Hospital Maciel, destacó la importancia del acompañamiento psicológico durante todo el proceso. “Es clave explicar, brindar información. Que el paciente sepa lo que se va a hacer. Y también es importante el apoyo en psicología para acompañar determinados procesos”, señaló Ramos. El equipo de psicología médica sigue brindando apoyo a la paciente tras la operación, asegurando que su recuperación no solo sea física, sino también emocional. El procedimiento fue realizado por el Centro de Referencia de Cirugía de Tórax del Hospital Maciel, un centro de referencia nacional que atiende a pacientes de todo el país. El equipo de cirujanos estuvo compuesto por el Prof. Gerardo Bruno, el Dr. Emilio Durand, el Dr. Julio Trostchansky, el Dr. Luis Chaparro y el Dr. Atahualpa Campos, quienes, con el respaldo de la tecnología más avanzada, lograron realizar con éxito esta intervención inédita en el país. “Estamos orgullosos de que se pueda hacer esto para los pacientes de ASSE”, cerró.

2025-09-04 / 12:39:00
Edulcorantes artificiales: estudio vincula consumo en menores de 60 con deterioro cognitivo acelerado
El consumo de algunos edulcorantes artificiales presentes en alimentos ultraprocesados podría tener consecuencias a largo plazo en la salud cerebral, según un nuevo estudio que sugiere una relación con un deterioro cognitivo más rápido. La investigación, publicada en *Neurology* por un grupo brasileño, examinó siete edulcorantes bajos en calorías o sin ellas, aunque no demuestra que el uso de estos sustitutivos del azúcar sea la causa. El estudio observacional, que involucró a 12.772 adultos con una edad media de 52 años y un seguimiento medio de ocho años, identificó que los participantes menores de 60 años que consumían las cantidades más altas de estos edulcorantes experimentaban un deterioro más rápido de las habilidades cognitivas y de memoria en comparación con aquellos que consumían las cantidades más bajas. Este deterioro más rápido equivalía a aproximadamente 1,6 años de envejecimiento, según la Academia estadounidense de Neurología. Los edulcorantes examinados fueron el aspartamo, la sacarina, el acesulfamo-K, el eritritol, el xilitol, el sorbitol y la tagatosa. Estos se encuentran comúnmente en agua aromatizada, refrescos, bebidas energéticas, yogures y postres bajos en calorías, y algunos se consumen por sí solos. En el caso de la tagatosa, un edulcorante natural bajo en calorías, no se encontró un vínculo entre su consumo y el deterioro cognitivo. Los participantes fueron divididos en tres grupos según la cantidad total de edulcorantes que consumían. El consumo más bajo fue de una media de 20 miligramos al día, mientras que el más alto fue de 191 miligramos, que en el caso del aspartamo equivale a una lata de refresco light. El sorbitol fue el edulcorante más consumido, con una media de 64 mg/día. Para evaluar el impacto de los edulcorantes, el estudio incluyó pruebas cognitivas al inicio, a la mitad y al final, con el objetivo de realizar un seguimiento de la memoria, el lenguaje y las habilidades cognitivas a lo largo del tiempo. Se evaluaron aspectos como la fluidez verbal, la memoria de trabajo, la capacidad de recordar palabras y la velocidad de procesamiento. Los resultados, ajustados por factores como la edad, el sexo, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares, revelaron que aquellos que consumían la mayor cantidad de edulcorantes mostraban un deterioro un 62 % más rápido de las capacidades cognitivas y de memoria generales en comparación con aquellos que consumían la menor cantidad, lo que equivale a aproximadamente 1,6 años de envejecimiento, según la Academia estadounidense de Neurología. El grupo intermedio experimentó un deterioro un 35 % más rápido, equivalente a aproximadamente 1,3 años. Al analizar los resultados por edades, se observó que las personas menores de 60 años que consumían las mayores cantidades de edulcorantes mostraban un deterioro más rápido de la fluidez verbal y la cognición general. El consumo de aspartamo, sacarina, acesulfamo-K, eritritol, sorbitol y xilitol se asoció con un deterioro más rápido de la cognición general, especialmente de la memoria. La investigadora Claudia Kimie Suemoto, de la Universidad de São Paulo y firmante del artículo, resaltó la necesidad de más investigación para confirmar estos hallazgos y para comprobar si otras alternativas al azúcar refinado, como el puré de manzana, la miel, el jarabe de arce o el azúcar de coco, pueden ser eficaces. "Es necesaria más investigación para confirmar estos hallazgos", afirmó Suemoto. El estudio reconoce como limitación que no se incluyeron todos los edulcorantes artificiales y que la información sobre la dieta fue proporcionada por los participantes, quienes podrían no haber recordado con exactitud todo lo que consumieron.
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